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Nariz-rinoplastia

  • malformaciones congénitas
  • cirugía estética
  • secuelas de traumatismos
  • secuelas de cirugía
  • rejuvenecimiento: la nariz senil
  • rinoplastia funcional: septoplastia
  • infiltraciones

La Rinoplastia es el procedimiento quirúrgico empleado para la  modificación estética y/o funcional de la nariz.

Normalmente puede realizarse de dos maneras:

  • Cerrada: técnica de preferencia siempre que es posible,  evitando cicatrices externas. Se opera por dentro de los orificios  nasales.
  • Abierta: mediante una pequeña incisión en la base nasal, en la  columela (entre ambos orificios nasales)

Los motivos para realizar una Rinoplastia estética pueden  ser el deseo de modificar la forma de la nariz por ser ésta  demasiado grande, demasiado pequeña, desviada o simplemente buscar una mejor armonía. Los defectos localizados en la nariz  dependen entre otras cosas de la etnia, de la genética y pero  también pueden influir traumatismos en la infancia o en la edad  adulta y en estos casos el procedimiento servirá también para  mejorar la función al corregir las desviaciones del tabique o  septum.

En algunos casos la técnica es exclusivamente funcional, cuando solo se trata de mejorar la función respiratoria y no se desea  modificar la forma de la nariz.

Se pueden modificar las estructuras oseas o cartilqaginosas  mediante reducción del tamaño y volúmen para eliminar gibas  prominentes, estrechar la punta nasal, acortar la longitud de  la nariz, etc. Normalmente una reducción del tamaño de una  nariz demasiado grande da lugar a que las estructuras vecinas,  como los ojos, pómulos o labios adquieran más protagonismo  en la cara y parezcan mayores, lo cual influye positivamente en  el balance armónico. Otras veces la rinoplastia es de aumento,  para aumentar dorso o punta, caso más frecuente en algunas  etnias (latinas, asiáticas...). 

Además, el efecto de la Rinoplastia puede ser rejuvenecedor,  ya que una nariz larga y con la punta caída hace que el rostro  se vea más envejecido, siendo por lo tanto un procedimiento  indicado en el rejuvenecimiento facial.

En otros casos la Rinoplastia trata de corregir las secuelas de  anteriores procedimientos quirúrgicos con mal resultado.

En los últimos tiempos asistimos a una propaganda acentuada  promoviendo la corrección de las deformidades nasales “sin  cirugia”, mediante la infiltración de diversas sustancias que  en teoría producirían el mismo efecto que una operación. En  principio desaconsejamos estas técnicas, normalmente en manos  de personas que no realizan Rinoplastia por no ser cirujanos con  título oficial de especialista, ya que estas sustancias, sobre todo  las permanentes dejan secuelas muy difíciles de corregir más  adelante y no pueden retirarse con facilidad.

Lo que se persigue con la Rinoplastia es llegar a un resultado  armónico y natural, sin modificar la expresión del rostro,  adaptando la técnica para cada caso en particular. Recordemos  que no le va la misma nariz a un varón de rostro amplio que a  una chica joven con facies más pequeña y rasgos más suaves.  Aquí juega un gran papel el sentido de la estética y proporción.

El postoperatorio no es doloroso, aunque esos primeros 7 días  si puede ser algo aparatoso por la férula nasal y porque pueden  hincharse o amoratarse algo los rasgos faciales vecinos.

La NATURALIDAD del resultado consigue el equilibrio con el resto de la cara.