Factores como la exposición al Sol, el estrés y las gesticulaciones exageradas como las muecas, pueden contribuir a acelerar el envejecimiento del rostro, que puede manifestarse en gran medida en las mejillas, las cuales tienden a escurrirse o carse debido a la pérdida de grasa en esta zona.

Cuando las mejillas dejan de tener una apariencia tonificada, sobresalen surcos profundos desde la nariz que pasan por la boca e incluso por el mentón.

Recuperar la apariencia juvenil de las mejillas es posible con un lifting o levantamiento facial, con el cual se busca tensar los músculos de la cara, a través del la redistribución de la piel colgante y de la eliminación de grasa de más.

En primer lugar, la persona que desee someterse a una reacomodación de sus mejillas, debe estar en óptimas condiciones de salud. Así mismo, debe ser alguien muy objetivo con respecto a las expectativas que tiene acerca de los resultados de la operación.

El levantamiento de mejillas puede llevarse a cabo con anestesia local o general, dependiendo de las necesidades quirúrgicas de cada paciente.

El objetivo principal de esta operación, que dura aproximadamente entre 2 y 4 horas, es remover los músculos de la zona para reacomodarlos y tensarlos, generando un contorno facial juvenil, tonificado y sin arrugas.

Este procedimiento quirúrgico se puede realizar de forma abierta o endoscópica.

La técnica abierta consiste en la realización de una incisión en un punto lateral alto de la cabeza, teniendo que pasar por delante y por detrás de las orejas.

Dependiendo del caso particular de cada paciente, la incisión puede ser incluso un poco más amplia, de esta manera es necesario contar con toda la experiencia e idoneidad del cirujano plástico para que no solo el procedimiento resulte exitoso, sino también para que logre ocultar la cicatriz con mucha estética y habilidad.

El rejuvenecimiento de mejillas con endoscopia, por su parte, se lleva a cabo realizando una incisión, de aproximadamente 3 centímetros, en forma triangular o de V, en la parte lateral de la cabeza, justo por encima de las orejas.

Para esta técnica también se requiere de otra incisión casi imperceptible en el borde del párpado, con el fin de abrir campo para realizar las correcciones necesarias en las zonas a tratar.

Una vez terminada la cirugía, el rostro del paciente es vendado por un periodo aproximado de 24 horas.

Síntomas como la hinchazón y hematomas, tanto en el rostro como en el cuello, sensación de tensión y un poco de dolor son las molestias que normalmente experimenta un paciente, tras someterse a este procedimiento, que genera muy poco tiempo de incapacidad.

Pasados más de 25 días, los resultados de este procedimiento empezarán a notarse, pues se habrá reducido la hinchazón y justo 6 meses después se percibirán los cambios definitivos.